Explora el municipio de Carmen de Apicalá
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Los orígenes de Carmen de Apicalá se tejen con la presencia de los indios Jaguos, pertenecientes a la tribu de los Panchos. Fue en 1545 cuando Hernán Pérez de Quesada marcó el territorio como propio, y en julio de 1828 nació como municipio. Su nombre proviene de la quebrada que serpentea a través de sus montañas. A menos de tres horas de Bogotá, Carmen de Apicalá se ha transformado en un destino que combina la riqueza histórica con la belleza natural.

Este santuario, con su historia fascinante, alberga la devoción por la Virgen del Carmen. Cada 16 de julio, los devotos llegan para celebrar la fiesta de la Virgen, dejando ofrendas y exvotos. La historia cuenta que un peregrino, al pasar por el pueblo cuando estaba en formación, se ofreció a hacer la imagen a cambio de hospedaje y comida. Desde entonces, los habitantes realizan devociones a la imagen de esta virgen morena y además le confeccionan vestidos nuevos para ella cada año.

Situado en el parque principal, este monumento es el epicentro de eventos culturales y actividades familiares. Las familias participan en las diversas actividades culturales que suelen realizarse en la plaza principal.

Un paraíso ecológico que se extiende por más de 400 hectáreas, atravesadas por tres quebradas de aguas cristalinas. Ofrece una experiencia íntima con la naturaleza, con una piscina y un entorno tranquilo para quienes buscan un escape en medio de la naturaleza.

Al ingreso del municipio, este lago atrae a aficionados de deportes náuticos y pesca deportiva. También es un escenario para cabalgatas y aventuras acuáticas, proporcionando una escapada perfecta para aquellos que buscan emoción y contacto con la naturaleza.

Este espacio público permite a los turistas sumergirse en la naturaleza. A través de caminatas ecológicas, se puede llegar a la cascada de la telaraña, donde los visitantes pueden disfrutar de un refrescante chapuzón. Además, se pueden explorar los bosques primarios y las fuentes de aguas puras y cristalinas.